Llevamos décadas usando tarjetas de crédito, unas herramientas ampliamente utilizadas para gestionar pagos y obtener financiación a corto plazo. Ahora bien, no todas las tarjetas de crédito son iguales. Es fundamental entender la distinción entre una tarjeta de crédito tradicional y una tarjeta revolving, ya que sus mecanismos de funcionamiento y, por ende, sus implicaciones financieras, son considerablemente diferentes.
A continuación, desde Solórzano & de Avilés, en A Coruña, le ayudamos a comprender estas diferencias para que tome decisiones informadas y prevenga posibles trampas financieras.
Cómo funciona cada una
La tarjeta de crédito tradicional opera con un límite de crédito preestablecido que le permite realizar compras hasta ese límite. A final de cada mes, usted recibe un extracto con el total de sus gastos. Lo ideal es pagar la totalidad de la deuda antes de la fecha de vencimiento para evitar intereses. Si no paga el total, se le aplicarán intereses sobre el saldo pendiente, pero el saldo impagado se suma al capital para el próximo período de facturación.
Por otro lado, la tarjeta revolving (también conocida como tarjeta de pago aplazado) funciona de manera diferente. Si bien también tiene un límite de crédito, su característica principal es que el pago mínimo mensual se calcula como un porcentaje del saldo pendiente o una cantidad fija. Esto significa que, incluso si realiza el pago mínimo, una parte significativa de lo que paga puede destinarse a cubrir los intereses y no el capital de la deuda, generando un ciclo de deuda difícil de romper.
El impacto de los intereses
Una de las diferencias más críticas radica en el cálculo y el impacto de los intereses. En una tarjeta de crédito tradicional, los intereses se aplican sobre el saldo impagado al final del ciclo de facturación. Si paga la totalidad de su deuda cada mes, no pagará intereses en absoluto. Las tasas de interés, si bien pueden ser elevadas, se aplican sobre un saldo que tiene la capacidad de liquidar rápidamente.
En contraste, las tarjetas revolving suelen tener tasas de interés mucho más altas que pueden superar con creces las de las tarjetas tradicionales. Además, debido a su mecanismo de pago mínimo, los intereses se acumulan sobre un saldo que disminuye muy lentamente, puesto que una gran parte de cada pago se destina a cubrir los propios intereses. Esto puede hacer que la deuda crezca exponencialmente con el tiempo, incluso si realiza sus pagos mensuales religiosamente. Es lo que se conoce como la "bola de nieve" de la deuda revolving.
Reclamación de tarjetas revolving en A Coruña
En Solórzano & de Avilés somos expertos en la reclamación de tarjetas revolving con intereses abusivos. Si cree que ha sufrido usura por parte de su entidad bancaria, no dude en contactar con nuestros abogados en A Coruña. ¡Defenderemos sus derechos!